¿Desconectamos de la realidad en las vacaciones?

Vacaciones

Las vacaciones de Semana Santa han terminado. Algunos se han quedado en las ciudades disfrutando de las procesiones, que desde la pandemia no se habían podido celebrar. Otros han cogido coche, tren o avión y han salido raudos hacia destinos más tranquilos, soleados, exóticos, etc. Al gusto de cada uno.

Siempre me fascina el ambiente casi maniaco – alegre de la salida- , de todo lo que se espera por vivir. A veces, demasiado. ¡Cómo si el tiempo y el fantaseo de posibilidades, no tuviese limites!

Nos preparamos nuestras maletas llenas de ilusiones y hacemos todo lo posible por dejar fuera las preocupaciones. Intentamos apretarlas bien, para esconderlas en algún rincón oscuro de la mente. Desconectar, decimos cotidianamente.

Supongo que intentar disociarnos operativamente en los días de tiempo libre, no está mal. Y menos con todo lo que nos está cayendo. Descansar (nos) y poner un poquito en off nuestra mente imparable.

Para muchos, que tienen una buena salud (mental también) y una economía holgada, les puede resultar más fácil. Disfrutar del momento, del paréntesis de ocio, libre de responsabilidades. Sin embargo, para otros no es tan fácil.

En las terrazas, entre bromas y angustias, jamás había oído hablar tanto de dinero. Como si hubiésemos pasado de ser expertos en Covid (ya casi pasado de moda) a expertos en economía, pero la cotidiana. Esa que nos duele en nuestro bolsillo.

Nos saltaron las alarmas con la subida sin precedentes de la electricidad a final de 2021. Luego una cuesta de enero de sobreesfuerzo después de la resaca de las Navidades Covid y un sistema sanitario colapsado, con verdadera sensación de impotencia.

Pero lo que nadie imaginaba que febrero nos traería una guerra en Europa. Primero fue el espanto ante lo que ocurría, luego el intentar colaborar con los sufrientes de semejante masacre. Y por último, sentirnos títeres, de seres “iluminados” que podían hacernos desaparecer en un instante.

Por si fuera poco todo lo que hemos atravesado, el esfuerzo psíquico para adaptarnos a este sinvivir actual. Ahora los más ajustados económicamente, (la mayoría en este país, mil euristas) tienen que hacer malabares para llegar a final de mes. Insisto, personas que trabajan ocho diarias o más (no los que el sistema ya echo a la cuneta). Preocupados por asuntos tan básicos, como la subida de la comida, de la luz, del combustible y el fantasma del aumento de nuestra hipoteca, que sobrevuela a ritmo de conceptos económicos ilegibles.

Ya nos planteaba Maslow, gráficamente en su pirámide que quien está ocupado en su subsistencia, no le da para pensar en asuntos más abstractos.

Así que si esta Semana Santa no hemos podido desconectar del todo,  la angustia nos ha sacudido y las vacaciones no han sido tan idílicas como imaginábamos. No nos castiguemos, cargándonos con losas accesorias de ser positivos. Simplemente significa que estamos en la realidad. ¿No os parece?

 

Enlaces:

Pirámide de Maslow: https://economipedia.com/definiciones/piramide-de-maslow.html

Salud mental en tiempos de crisis: https://elpais.com/opinion/2022-04-12/salud-mental-en-tiempo-de-crisis.html

 

Elisa Peinado-Psicóloga en Zaragoza